La semana santa nos recuerda que Jesús murió en nuestro lugar, para pagar el precio de nuestros pecados. Murió, resucitó, venció a la muerte. Y por eso, todo aquel que cree en Jesús no morirá eternamente. Porque la paga del pecado es la muerte, pero el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús.
Acepta hoy ese regalo de Dios, y Él te dará vida.