Padre santo y bendito,
protector de mi casa y familia,
hago mi presencia frente a ti para agradecerte
por haberme permitido tener mi hogar y mi familia.
Quiero que estés etiquetado en ella,
que sea un lugar donde tu amor se enseñe.
El día de hoy vengo a enseñarte mi hogar
que tus criaturas celestiales la cuiden en cada rincón.
Yo creo y declaro como está señalado en el Salmo 91
que ningún parásito pise las puertas de mi hogar.
Te pido que seas tú quien cuide de las trampas y horrores de la noche.
Gracias mi Señor por cada cuarto
que conforman mi hogar,
te pido que las purifiques y las liberes de toda energía contraria a ti,
que cada costado de mi casa esté llena de tu Espíritu Santo,
que cada respiración esté bañada en paz y armonía
de los miembros que mi familia conforman.
Hoy, mi Dios, deseo que me muestres
si en mi hogar se encuentra algún artefacto u objeto
que sea un estorbo para que entren tus bendiciones
por las puertas de mi casa,
oraré siempre para que tú habites en mi hogar
que la sangre majestuosa de Jesús nos limpie y consagre de cualquier pecado.
Si tu promesa nos dice que
tú nos refugias de todo mal si confiamos en ti,
confío en tu seguridad y tu cuidado.
Espanta toda persona o maldad que quiera herir mi hogar y mi familia,
báñanos con tu amor para que nos libere de todos los miedos.
En el nombre de nuestro Salvador Jesús, tu hijo unigénito,
oro y agradezco hacia ti, Amén.