El Señor puede restaurar nuestro pasado y bendecir nuestro futuro, siempre que nos aseguremos de llevar las únicas cargas importantes: las cargas de hoy. El ayer y el mañana ya están en Sus manos y no nos pertenecen, por ello lo que nos queda entonces es levantarnos de las adversidades del hoy, aprender de los errores de hoy, confiar en el poder del Señor, hoy.
Dios puede, ahora mismo, restaurar tu vida y reavivar tu esperanza.
ORACIÓN...Señor mi Dios Padre, mi ayer y mi mañana son tuyos, decido ponerlos en Tus gloriosas manos, en el nombre de Jesús... Amén!