A las tormentas, gracias por hacerme resistente.
A las tristezas, por hacerme más humano.
Al amor, por darme alas.
Al miedo, por impulsarme a moverme.
A los que decían imposible, por hacerme creer.
Y a mí, por no abandonarme. Cada paso era necesario y ahora lo entiendo todo
Claro que sí.
Lindo y gran domingo en familia.