"Aprendí que dirigir mis ojos hacia el cielo cada noche, no es sólo para contemplar la luna y las estrellas. También puedo dirigir los ojos del alma cada noche hacia el cielo para agradecer poder llegar al fin del día. Incluso agradecer por las batallas perdidas y las ganadas...Porque no importa el tamaño y seriedad de los obstáculos, siempre los veré como un impulso para fortalecer mis pasos y crecer...Aprendí a usar cada noche, como almohada, la esperanza y así soñar, con las victorias que vendrán mañana".
Autora: Marcela J Villalón