Llega un día en que te levantas. Decides que el mundo no puede permitirse el lujo de perderte.
Ya te entretuviste demasiado con lo que no pudo ser. Olvidas ilusiones gastadas en lugares equivocados. Y vuelves.
Te rehaces. Sigues vaciando la memoria en los errores de gente que nunca será. No dejas vivir en ti lo que hace daño.
Sin alas para volar porque caíste demasiadas veces. No importa. La vida te quita cuentos de finales perfectos para que no sueñes con lo que nunca va a llegar.
Aprendes que no va a venir nadie a apostar por ti como tú lo harías. Dejas de imaginar historias en la que no vas a ser feliz.
Vuelves adonde siempre tuviste que estar: en tus cosas. El mundo quizá mañana te sorprenda pero sabes que, hasta que eso llegue,
es mejor bajar de nubes que se deshacen y no engañarse con medias verdades que mañana serán la mayor mentira que jamás te pudieron hacer.
Ya te entretuviste demasiado con lo que no pudo ser. Olvidas ilusiones gastadas en lugares equivocados. Y vuelves.
Te rehaces. Sigues vaciando la memoria en los errores de gente que nunca será. No dejas vivir en ti lo que hace daño.
Sin alas para volar porque caíste demasiadas veces. No importa. La vida te quita cuentos de finales perfectos para que no sueñes con lo que nunca va a llegar.
Aprendes que no va a venir nadie a apostar por ti como tú lo harías. Dejas de imaginar historias en la que no vas a ser feliz.
Vuelves adonde siempre tuviste que estar: en tus cosas. El mundo quizá mañana te sorprenda pero sabes que, hasta que eso llegue,
es mejor bajar de nubes que se deshacen y no engañarse con medias verdades que mañana serán la mayor mentira que jamás te pudieron hacer.