Señor mío, gracias porque me llenas de paz y serenidad. Que no me canse de ser bueno, aunque mis impulsos interiores quieran empujarme a reaccionar mal, dame tu paz para reconocer que ese que está herido, está enfermo y sólo lo sana el amor con el que ya me sanaste. Dame un amor radical que se entregue gratuitamente porque gratis me has amado. Dame un amor comprometido con los demás, que busque ayudar, que no tenga miedo de parecer tonto a los ojos de este mundo que sólo se mueve por el egoísta interés.
Que pueda tener palabras llenas de serenidad. Hoy te pido que me llenes de Ti, que me inundes de Ti. No me dejes solo porque es muy grande la tarea y sobrepasa mis fuerzas y mi debilidad. Te pido que en esta noche pases tu mano sanadora por esas heridas que me hacen actuar de manera equivocada. Tú sabes que confío todo mi ser en tus manos y que sólo en Ti encuentro la Paz que necesito.
Dame un amor capaz de comprender que la vida comienza todos los días y que nunca está dicha la última palabra,
que pueda creer que aún esa herida que está hace mucho en mi corazón, hoy puede ser curada.
Te pido que me acompañes mientras duermo y no permitas que las tribulaciones diarias me quiten la posibilidad de dormir en paz.
Amén