Mi vida está en tus manos, ven a vivir en mí, para que yo te escuche y te siga con fidelidad.
Te suplico que me protejas de todos aquellos que me quieren hacer daño. Te entrego mi descanso,
quiero dormir tranquilo, en paz, con la seguridad de que eres mi guardián. Soy tuyo y confío en tu poder.
Regálame mucha paz y tranquilidad cuando viva momentos difíciles y que pueda tomar las decisiones que me convengan.
Amén