Cuando te rompiste en mil pedazos

 

Te rompiste en mil pedazos más de una vez… y los juntaste, los acomodaste y seguiste.
Porque no desapareciste, simplemente te rompiste.
Y es cierto, no volviste a ser la misma pero aún mejor, te volviste distinta.
Con más experiencia, con más cayos, con más herramientas para seguir paso a paso.
Te rompiste para arreglarte, para que no te vuelvan a agarrar desprevenida.
Y ahora que ya sabes lo que se siente andar rota, tus defensas desbordan…
Sí, te rompiste en mil pedazos, y te reconstruiste. 
Hiciste una mejor versión de vos, que, aunque reparada anda aún mejor…
Las heridas pesan, pero cuando cicatrizan solo son una nota de color…
Y cada pedacito te recordará por qué se rompió… para que la próxima andes con más cuidado, y te vaya mejor.
Un corazón roto fabrica su caparazón…
Un alma herida se disfraza de amor…
Un ser decepcionado confía y desconfía en una misma acción…
Te rompiste para hacerte más fuerte, aprendiste la lección.
La siguiente caída no dolerá tanto, ni romperá lo que ya una vez se rompió…
Te rompiste y te reparaste… lo peor ya pasó…
                          Betina Pérez