No te fíes ni un poco de la tristeza,
ni te sientes junto a ella.
No la dejes pasar ni por una rendija,
no escuches sus arrullos.
Ella se esconderá entre tus viejas canciones,
en los álbumes de fotos
y en los tarros de perfume;
tíralo todo, deshazte de ello.
La tristeza no es buena amante,
ni un buen comensal,
trae recuerdos que son mentira.
Irea Perea