Señor, te doy gracias desde lo más profundo de mi corazón por habitar entre nosotros y darnos el regalo de tu salvación. ¡Has vencido la muerte mi Señor! Con ella nos has abierto las puertas del cielo, la vida eterna. Creo en Ti, ayúdame a que esta luz que nos llega en esta noche santa, ilumine cada rincón de mi corazón. El amor ha vencido el odio, la vida ha vencido la muerte y la oscuridad ha sido desterrada por tu luz. Quiero darte gracias por tu gran misterio de amor y te suplico que me regales
un poco de la fuerza de tu Espíritu y lléname de la alegría de tu presencia.