Los que no fuimos elegidos para ser amados.
Hay personas que pareciera
que estamos destinadas a seguir solas
en el camino de la vida,
igual que transeúntes extraviados,
igual que dementes, suicidas.
Hay quienes amamos de verdad,
quienes entregamos el alma,
pero curiosamente
pareciera que no estamos
hechos para ser amados.
Por alguna razón
no existe un alma cómplice
para contar juntos las estrellas,
para conversar mientras se toma un buen café
o alguien con quien dar una caminata
una noche, bajo la luz de la luna
o en quién refugiarse
en un día gris de tormenta.
Hay personas que amamos demasiado,
que amamos los detalles, la poesía,
las películas, la música
y la buena compañía,
pero de algún modo el destino ha decidido
que es mejor que estemos solos,
no le importa cuántas veces
necesitemos de un beso, de un abrazo
o de una simple caricia.
Al destino no le importa
cuántas veces nos ahoguemos en llanto
con el corazón roto
en millones de pedazos...
Porque alguien
en el guión de nuestras vidas
decidió que debíamos amar
con la mente y con el alma,
pero sin ojos y sin cuerpo.
Mientras algunos juegan
a manchar el amor, arriesgando todo
por un instante de lujuria y desenfreno
otros estamos amando hasta los huesos
pero lejos, viviendo en soledad,
lentamente y poco a poco muriendo...
-Sekmet