Cuando alguien te lastima o te hace daño, genera su propia siembra, y cosechará su maldad multiplicada, a su tiempo. O sea, crea su propio karma. Y tú no tienes que hacer nada. Ahora, si tú reaccionas con maldad por el daño que te hicieron, también creas tu propia siembra, que un día te alcanzará. Pero es mucho mejor perdonar y vivir en paz. Y dejar que Dios haga las cuentas.
Buenas Noches hasta mañana.