Tengo la edad en que por fin reconozco
Que está bien ser imperfecta.
Que no tengo que controlarlo todo.
Que mis emociones no tienen que pedir
permiso para salir a pasear.
Que mis lágrimas se pueden asomar
a cualquier hora del día.
Tengo la edad en que disfruto más
el silencio con una copa de vino,
que las palabras vacías de algún conocido.
Tengo la edad en la que solo tengo dos o cuatro amigos y siempre recuerdo lo que decía mi madre, “NO ES LA CANTIDAD, SI NO LA CALIDAD”
Tengo la edad en donde la conciencia me empuja a decir siempre la verdad, aunque no sea del agrado de otros.
Esa edad perfecta donde me levanto de la mesa cuando no me siento apreciada.
Donde ya la vestimenta de apariencias no me queda bien y ahora uso en mi cuerpo, en mi vida y en mi cama lo que me hace feliz.
Tengo la edad en que solo le permito la entrada a mi vida a aquellos que son imperfectos como yo, pero que no me estrujan en la cara mis defectos.
Tengo la edad perfecta,
De no tener miedo
De empezar de cero
De romperme y pegarme
De colorearme del color que me dé la gana,
aunque me salga de las líneas.
De estar entre lo extraordinario y mi casa,
Así de tranquila, así de completa.
Sin tener que dejar de SER,
Para recibir.
-Glory Miranda
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