¿Cómo afrontar la Navidad sin el ser querido?
Para las personas que están en proceso de duelo, el sufrimiento y la nostalgia por la ausencia o la muerte de un ser querido puede pesar más que nunca durante la época de Navidad. Emociones como la tristeza, el miedo, el enfado pueden surgir con más facilidad y resultar más difíciles de controlar en estas fechas. Les incomoda más que nunca las luces, los villancicos, las comidas… e incluso la felicidad de los demás.
Lo que está claro es que ya nada volverá a ser lo mismo. Sin embargo, tarde o temprano hay que construir una nueva Navidad, afrontar la celebración que se repetirá año tras año, y hay que crear nuevas formas de vivir estas fiestas.
Si hay que afrontarlo ¿Por qué no hacerlo directamente y cuanto antes?
Quizás sienta que no tiene las fuerzas necesarias, pero seguramente usted no está solo/a, y le estará permitido flaquear por momentos.
Romper los muros del silencio, reunir a la familia para acordar cómo y donde pasarán la Navidad de una manera abierta y natural.
Muchos dolientes sienten que este tiempo es un periodo de incomprensión y contradicción entre lo que se quiere, y no se quiere hacer; meterse en la cama deseando que estos días pasen pronto, y lo que los demás esperan que se haga en estas fiestas. Quienes les rodean piden que se esté con ellos, que se siga adelante con fuerza o, simplemente, que estén bien y vuelvan a sonreír… y lógicamente, los dolientes no desean arruinar las fiestas, sólo necesitan comprensión y empatía.
Las primeras Navidades optan por no celebrar nada en esos días de fiesta. Intentan seguir con su vida, hacer como si fuese un día normal. Otras familias prefieren hacer algo distinto, como, por ejemplo, organizar un viaje a un sitio diferente. Algo que no les recuerde estas fechas, que no le recuerde lo sucedido, donde no conozcan a nadie, se sientan a salvo de los rituales navideños.
Lo único válido es lo que cada uno quiera y necesita hacer, y
tanto la huida como la negación son reacciones humanas naturales, e incluso son parte del proceso de afrontamiento del duelo. Ambas opciones son comprensibles; sin embargo, la tristeza se lleva dentro, vaya donde se vaya en lo que se supera.
Es natural y entendible, es permitido sentirse de esa manera, hay que darse su tiempo, el que sea necesario, no para todos es igual.