Pasan las horas, los días, los meses, los años… Sin embargo, nuestras prioridades van cambiando para intentar estar mejor cada año, bueno todas nuestras prioridades menos una que es inmejorable: ser feliz en estos días. Recuerda que Dios nos trajo a este mundo con el único propósito de hacernos felices, así que debemos esforzarnos para cumplir esa noble labor. ¡Recibamos a su hijo en nuestros corazones y multiplicamos su palabra en cada rincón!
¡En esta Navidad te deseo la mayor de las felicidades, aquella que dicen los sabios que están en las pequeñas cosas! ¡¡¡Dios las bendiga y llene sus almas de felicidad!!!