Nadie te enseña a irte. No hay un manual de instrucciones que te diga cuándo es el momento perfecto para hacerlo. Sin que duela. Sin que se te ponga un nudo en el estómago al hacerlo.
No lo hay.
Nunca sabremos cuándo será el momento perfecto, pero sí sabremos cuándo algo no va bien. Cuando algo nos duele, nos hace daño y no nos da la paz necesaria. Sabremos cuándo ahí, no es.
Y entonces ese, ese será el momento de marcharse.
No te diré que no dolerá, porque siempre duele separarse de alguien a quien quieres. Pero piensa en ti. Recuerda lo que vales y lo que mereces. Piensa en tu paz mental y trata de tener cerca solo a esas personas que te ayuden a seguir siendo tú. De la mejor manera posible.
Cuando sientas que no es el lugar, que no es la persona, simplemente márchate. Y no alargues algo que no te hará bien.
No lo hay.
Nunca sabremos cuándo será el momento perfecto, pero sí sabremos cuándo algo no va bien. Cuando algo nos duele, nos hace daño y no nos da la paz necesaria. Sabremos cuándo ahí, no es.
Y entonces ese, ese será el momento de marcharse.
No te diré que no dolerá, porque siempre duele separarse de alguien a quien quieres. Pero piensa en ti. Recuerda lo que vales y lo que mereces. Piensa en tu paz mental y trata de tener cerca solo a esas personas que te ayuden a seguir siendo tú. De la mejor manera posible.
Cuando sientas que no es el lugar, que no es la persona, simplemente márchate. Y no alargues algo que no te hará bien.
