"Hubo una vez cosas preciosas...
La palabra dada o el apretón de manos, cuando valían más de un centenar de firmas hechas ante el notario.
La dignidad cuando no estaba en venta, porque era el único capital que una persona poseía.
El respeto a los ancianos, cuando la vejez aún no tenía la marginación, pero significaba la experiencia, la sabiduría y ser escuchado por los jóvenes.
Los valores, tanto humanos, civiles, religiosas, cuando valían mucho más que las cosas de valor.
El tiempo cuando fluía a los ritmos naturales y la gente no tenía que mirar el reloj cada cinco minutos.
Hubo una vez cosas preciosas ... "
Agostino Degas.
La palabra dada o el apretón de manos, cuando valían más de un centenar de firmas hechas ante el notario.
La dignidad cuando no estaba en venta, porque era el único capital que una persona poseía.
El respeto a los ancianos, cuando la vejez aún no tenía la marginación, pero significaba la experiencia, la sabiduría y ser escuchado por los jóvenes.
Los valores, tanto humanos, civiles, religiosas, cuando valían mucho más que las cosas de valor.
El tiempo cuando fluía a los ritmos naturales y la gente no tenía que mirar el reloj cada cinco minutos.
Hubo una vez cosas preciosas ... "
Agostino Degas.