Agradecer a Dios cada día te llena
de fortaleza. Tu salud mental y
física descubren un gran poder en
dar gracias porque la paz de Dios
se instala en tu mente y tu corazón.
Sí, es una especie de milagro diario
decir. "GRACIAS DIOS POR TU
CUIDADO, POR TU AMOR, POR TU
COMPASIÓN POR MÍ. GRACIAS,
GRACIAS, GRACIAS. TÚ ERES BUENO,
Y CONFÍO EN TI”