Esta mujer que ves ahora, ya no se quiebra con cualquier cosa.
Ya no la lastimas tan fácil.
Ya no se toma a pecho las palabras hirientes.
Aprendió a dar la importancia que cada quien merece.
A ignorar lo que no pretende aguantar y alejarse de lo que la puede lastimar.
Esta mujer que ves ahora, es fría y calculadora.
Porque los golpes la hicieron así, porque aprendió a sobrevivir y a no llorar por quien no la valora.
Recuperó su amor propio, se levantó de sus propias ruinas y renovó su entorno.
Ahora sonríe, tiene brillo en su mirada, tiene café en sus mañanas, tiene poesía, esta mujer que ves ahora... se convirtió en arte.