Señor, bendice mi vida, mi hogar, mi salud y mis sueños; tómame de la mano y permíteme estar siempre contigo: ayúdame a crecer en mi fe y dirige mis pasos por caminos de total felicidad; cuídame en todo momento y enséñame a amar como tú me has amado; calma mi dolor y llena mi alma de paz, abrázame, ¡líbrame de todo mal y del abrazo del amigo falso!
¡Amén!