Tal vez las cosas no son como quieres, pero siempre son como deben ser.
De no ser por las crisis, no buscaríamos nuevos caminos,
De no ser por las dudas, no encontraríamos la verdad.
De no ser por el miedo, no conoceríamos nuestro valor.
De no ser por el temor a perder, no cuidaríamos de nada.
De no ser por las dificultades, no usaríamos nuestras capacidades.
Todo es por algo, si la realidad pesa es momento de recuperar los sueños para comenzar a crear.
Se gana muchas veces perdiendo, te aferras a la vida muchas veces cayendo, de desprendes de lo que pesa muchas veces hasta que te impiden avanzar, te haces más grande muchas veces cediendo. Y sobre todo, hasta que te sientes solo y dejas de eludirlo... te das cuenta que poco ha dependido de ti cuanto has logrado, que las cosas se te han ido dando sin pedirlas, que no has llegado hasta aquí por casualidad, que es momento de escuchar, conciliar y confiar.
Hay altos en el camino llenos de incertidumbre para que recuperes la fe, esa que te consta, la que te trajo hasta el día de hoy, la que todo soluciono antes, la que te recuerda que nunca has estado solo y que no sufrirás más allá de lo necesario para aprender, la que te detiene para no seguir complicando todo, la que tiende su mano para que reposes y dejes actuar en forzado silencio a quien tiene la solución... escucha, si tus luchas se llenaron de soberbia, disfrazadas de valor, es momento de recordarte que ningún corazón endurecido puede seguir adelante, es momento de volverlo blando, de que te ocupes de él y de que pidas, donde siempre has sido asistido.
Que triste es rezar con miedo, que reconfortante es parar y sentarse a escuchar.
Autor: Lucia Toranzo N