Señor mío, Tú eres mi descanso, mi roca en la cual confío mi vida. Tú eres mi refugio, aquel que me toma en sus brazos y restaura mi pobre corazón con una sola palabra, con tal sólo mirarme con amor.
Bendito seas, porque en medio de esta oración Tú me estás dando de Ti; déjame tocar tan sólo el borde de tu manto, porque quiero sentir tu poder sanador. Ven y ayúdame, estoy clamando a Ti, ven y socórreme, mi Jesús y mi Salvador.
Gracias porque una vez más te manifiestas con poder en mi vida y me haces reflexionar acerca de la realidad que estoy viviendo. Ayúdame a mejorar y a reflexionar por los errores cometidos. Quiero entregarte mi vida, tal cual como soy, con mis dificultades, errores y debilidades. Reconozco que necesito de Ti, no soy nada sin Ti, no quiero gastar más mi vida sin sentir el amor que Tú tienes para mí. Me enseñas a amar y ser amado, a perdonar a mis hermanos, a seguir luchando a pesar de los problemas porque Tú eres la calma que necesito.
Nunca me has dejado desamparado, sé que quieres ayudarme, estoy dispuesto a abrir las puertas de mi corazón. Te pido que en este momento me llenes de amor y de paz, y me des todas las fuerzas que necesito para levantarme mañana, para encontrar el camino que me conduzca a las soluciones de mis problemas. Renueva mi corazón, renueva la faz de la tierra.
Amén.
Bendito seas, porque en medio de esta oración Tú me estás dando de Ti; déjame tocar tan sólo el borde de tu manto, porque quiero sentir tu poder sanador. Ven y ayúdame, estoy clamando a Ti, ven y socórreme, mi Jesús y mi Salvador.
Gracias porque una vez más te manifiestas con poder en mi vida y me haces reflexionar acerca de la realidad que estoy viviendo. Ayúdame a mejorar y a reflexionar por los errores cometidos. Quiero entregarte mi vida, tal cual como soy, con mis dificultades, errores y debilidades. Reconozco que necesito de Ti, no soy nada sin Ti, no quiero gastar más mi vida sin sentir el amor que Tú tienes para mí. Me enseñas a amar y ser amado, a perdonar a mis hermanos, a seguir luchando a pesar de los problemas porque Tú eres la calma que necesito.
Nunca me has dejado desamparado, sé que quieres ayudarme, estoy dispuesto a abrir las puertas de mi corazón. Te pido que en este momento me llenes de amor y de paz, y me des todas las fuerzas que necesito para levantarme mañana, para encontrar el camino que me conduzca a las soluciones de mis problemas. Renueva mi corazón, renueva la faz de la tierra.
Amén.