Cuando termine la epidemia, no se puede obviar que habrá quiénes no querrán regresar a su vida anterior.
Quien, si es posible, dejará un trabajo que durante años lo asfixio y lo oprimió..
Quien decidirá abandonar a su familia, decir adiós al cónyuge o pareja..
Dar a luz un niño o no querer tener hijos..
Habrá quiénes comenzarán a creer en Dios y quiénes dejarán de creer en él..
La toma de conciencia de la fragilidad y caducidad de la vida, expondrá a los hombres a fijarse nuevas prioridades..
A distinguir entre aquello que es importante y aquello inútil..
A entender que el tiempo y no el dinero, es el recurso más preciado..
Habrá quién por primera vez se preguntará sobre decisiones tomadas , las renuncias o los compromisos..
Sobre los amores que no se arriesgaron a amar..
Sobre la vida que no se ha arriesgado a vivir..
David Grossman_