"El corazón de los abuelos late junto al corazón de sus nietos, en la primera luz de cada mañana, en la penumbra del atardecer y en el silencio de la noche. Ese lazo de amor sublime los mantendrá unidos más allá de todo y no habrá fuerza que pueda romperlo. Es un amor mutuo que se retroalimenta continuamente. La felicidad de los nietos es la mejor vitamina para el alma de los abuelos
y los abuelos para los nietos son figuras de referencia, fuente de cariño, ternura, mimos… y también de experiencia".