Ser joven no es un periodo de la vida.
Es un estado de ánimo.
No es una cuestión de mejillas sonrosadas , labios rojos y rodillas flexibles ; es cuestión de voluntad , fantasía a raudales, vigor de emociones.
Es la frescura de las fuentes profundas de la vida..
Los años traen consigo arrugas en la piel, pero la renuncia al entusiasmo llena de arrugas el alma a los 60 o a los 28.
Siempre debe de haber en el corazón de cada uno de nosotros la capacidad de asombrarnos, la infantil curiosidad de saber si va a pasar algo nuevo, la alegría de participar en el gran juego de la vida.