A veces la vida te abraza tan fuerte que termina rompiéndote los miedos.
A veces cuando el mundo promete desaparecer debajo de tus pies es solo para que aprendas a flotar sobre la piel tibia del agua.
A veces el amor llama de una forma tan extraña, solo para que las personas rotas comencemos a caminar como el humo, que en su devoción apasionada se funde sin resistir en el Gran Misterio.