Las luces en las ventanas, las canciones
y los pasteles, todo parece felicidad, pero
en el fondo sabemos bien que duele;
diciembre duele.
Y duele más en el día a puertas de navidad.
Porque al marcar las doce, muchos seres
queridos que en la mesa nos faltarán.
Los que partieron, los que viajaron,
los que se alejaron,
y a los que nos arrebataron.
Se escaparán las lágrimas y nos invadirá
la pena.
Como cada año, las ausencias serán
lo más notorio y el trago más
amargo de la nochebuena.
Diciembre duele, es la verdad,
y la emoción jamás volverá a ser igual.
El tiempo nos hará menos niños y más viejos...
A algunos los juntará y a otros los
pondrá más lejos.
Dura realidad... Lo de siempre.
Diciembre duele y aprieta.
Porque hoy más que nunca nos damos cuenta
que nuestro mejor regalo no era esa muñeca,
ese carrito de juguete o esa avioneta,
si no, era ver y disfrutar de nuestra
familia completa.
En diciembre nada arma nuestro rompecabezas.
Diciembre hiere. Diciembre realmente duele.
Autor: Desconocido
y los pasteles, todo parece felicidad, pero
en el fondo sabemos bien que duele;
diciembre duele.
Y duele más en el día a puertas de navidad.
Porque al marcar las doce, muchos seres
queridos que en la mesa nos faltarán.
Los que partieron, los que viajaron,
los que se alejaron,
y a los que nos arrebataron.
Se escaparán las lágrimas y nos invadirá
la pena.
Como cada año, las ausencias serán
lo más notorio y el trago más
amargo de la nochebuena.
Diciembre duele, es la verdad,
y la emoción jamás volverá a ser igual.
El tiempo nos hará menos niños y más viejos...
A algunos los juntará y a otros los
pondrá más lejos.
Dura realidad... Lo de siempre.
Diciembre duele y aprieta.
Porque hoy más que nunca nos damos cuenta
que nuestro mejor regalo no era esa muñeca,
ese carrito de juguete o esa avioneta,
si no, era ver y disfrutar de nuestra
familia completa.
En diciembre nada arma nuestro rompecabezas.
Diciembre hiere. Diciembre realmente duele.
Autor: Desconocido