He oído que la esperanza es amorosa para quienes la tienen,
que el amor es complaciente para quienes lo sienten, que la fe es poderosa para quienes la usan, y
que la vida, a pesar de las dificultades y las pruebas es gratificante para aquellos que saben vivirla. Independientemente de quién haya dicho estas verdades, elegí aprender esta lección.
Benditas sean las decisiones correctas que tomamos en nuestra vida diaria y agradecimiento a Dios porque nunca nos abandona.