No esperes elogios para hacerlo bien. No esperes a una visita para usar los tazones. No esperes a que la música baile. No esperes que la justicia perdone.
No esperes a tener tiempo para orar. No esperes a perder para apreciar. No esperes razones para dar amor. No esperes a las bendiciones para estar agradecido.
No esperes a que llegue la noche para despertar. No esperes a ser viejo para empezar...
Porque así es la vida: un profundo pero corto suspiro, cuando lo ves, la vida pasó como un susto.
¡Empieza hoy!
Fuente: Marcela Thais