BELLOS MOMENTOS
Este año deja muchas preguntas sin responder, deja algunas penas que se deben por más duras que sean enfrentar.
Deja decepciones que como tantas otras deberemos aceptar.
Se va otro año, y en estos días se reviven todos esos instantes que nos dio, y que siendo buenos o malos ya fueron vividos.
Se río y se lloró, nos dejaron dulces melodías en la mente como recuerdos imborrables, nos dejaron sin sabores a guardar como pequeñas espinas en el alma que sangraran al ser recordadas.
Se va otro año, y sentada la soledad en las espaldas de nuestra nostalgia nos sonríe.
¡¿Será que por un año más nos acompañara!?.
Este año me enseño que hay cambios que se deben hacer para vivir y respirar la dicha que se nos regala día con día, y noche tras noche como bendiciones que se deben de atrapar en los sueños fugases de la esperanza que se desea acariciar.
Este año se va, y consigo se lleva ciertos juramentos rotos que es mejor desechar para lograr continuar.
Se lleva ilusiones mal gastadas por el tiempo...
Y promesas que jamás se pudieron realizar.
Se va, se muere el año y nos deja la incertidumbre del nuevo que vendrá.
Cabizbajo sonrió ante lo desconocido, porque sé que todo ello de alguna manera servirá para ser mejor que el año que se va.
Porque ahora sé que hasta el último soplo de vida se debe de luchar.
Este año que se va, deja sentimientos perdidos entre mentiras, y deseos ahogados en lo más profundo de la soledad.
Se va, agotando mis fantasías dormidas, pero sé que aun así la vida se debe de continua.
Divague entre los recovecos de cada día de este año, buscando un puerto donde anclar mi necesidad y plante semillas de posibilidades que no se si sus frutos algún darán.
Este año se va, y con él se quedan mis excusas y mis miedos para así poder darle a mi espíritu una nueva oportunidad, ¡quizá lo que venga sea mejor!...
O quizá sea igual a lo que se queda, pero de lo que estoy seguro es que lo enfrentare y lo disfrutare igual.
Atrapando bellos momentos para no dejar de creer que los años son solo regalos llenos de tristezas y bondad.
Este año buscaré la paz que tanto añoro, buscaré una realidad donde poder descansar...
Y lucharé entre las sombras de un año moribundo, por esas ganas de ver más allá de lo que la gente cree ver como verdad.
El amor es un pasajero en el tren de los meses que se van y se baja en la estación donde le espera el respeto y la honestidad.
Este año deja muchas preguntas sin responder, deja algunas penas que se deben por más duras que sean enfrentar.
Deja decepciones que como tantas otras deberemos aceptar.
Se va otro año, y en estos días se reviven todos esos instantes que nos dio, y que siendo buenos o malos ya fueron vividos.
Se río y se lloró, nos dejaron dulces melodías en la mente como recuerdos imborrables, nos dejaron sin sabores a guardar como pequeñas espinas en el alma que sangraran al ser recordadas.
Se va otro año, y sentada la soledad en las espaldas de nuestra nostalgia nos sonríe.
¡¿Será que por un año más nos acompañara!?.
Este año me enseño que hay cambios que se deben hacer para vivir y respirar la dicha que se nos regala día con día, y noche tras noche como bendiciones que se deben de atrapar en los sueños fugases de la esperanza que se desea acariciar.
Este año se va, y consigo se lleva ciertos juramentos rotos que es mejor desechar para lograr continuar.
Se lleva ilusiones mal gastadas por el tiempo...
Y promesas que jamás se pudieron realizar.
Se va, se muere el año y nos deja la incertidumbre del nuevo que vendrá.
Cabizbajo sonrió ante lo desconocido, porque sé que todo ello de alguna manera servirá para ser mejor que el año que se va.
Porque ahora sé que hasta el último soplo de vida se debe de luchar.
Este año que se va, deja sentimientos perdidos entre mentiras, y deseos ahogados en lo más profundo de la soledad.
Se va, agotando mis fantasías dormidas, pero sé que aun así la vida se debe de continua.
Divague entre los recovecos de cada día de este año, buscando un puerto donde anclar mi necesidad y plante semillas de posibilidades que no se si sus frutos algún darán.
Este año se va, y con él se quedan mis excusas y mis miedos para así poder darle a mi espíritu una nueva oportunidad, ¡quizá lo que venga sea mejor!...
O quizá sea igual a lo que se queda, pero de lo que estoy seguro es que lo enfrentare y lo disfrutare igual.
Atrapando bellos momentos para no dejar de creer que los años son solo regalos llenos de tristezas y bondad.
Este año buscaré la paz que tanto añoro, buscaré una realidad donde poder descansar...
Y lucharé entre las sombras de un año moribundo, por esas ganas de ver más allá de lo que la gente cree ver como verdad.
El amor es un pasajero en el tren de los meses que se van y se baja en la estación donde le espera el respeto y la honestidad.