No te voy a pedir que me des un beso.
Ni que me pidas perdón cuando creo
que lo has hecho mal
o que te has equivocado.
Tampoco voy a pedirte que me abraces
cuando más lo necesito,
o que me invites a cenar
el día de nuestro aniversario.
No te voy a pedir que nos vayamos
a recorrer el mundo,
a vivir nuevas experiencias
Y mucho menos te voy a pedir
que me des la mano cuando estemos
en mitad de esa ciudad.
No te voy a pedir que me digas
lo guapa que voy,
aunque sea mentira
Ni que me escribas nada bonito.
Tampoco te voy a pedir que me llames
para contarme qué tal fue en el día,
ni que me digas que me echas de menos.
No te voy a pedir que me des las gracias
por todo lo que hago por ti
Ni que te preocupes por mi
cuando mis ánimos están por los suelos
Y por supuesto, no te pediré
que me apoyes en mis decisiones.
Tampoco te voy a pedir que me escuches
cuando tengo mil historias que contarte.
No te voy a pedir que hagas nada,
ni siquiera que te quedes a mi lado para siempre.
Porque si tengo que pedírtelo, ya no lo quiero.
—Frida Kahlo