Perdone si tomé en serio un amor que no existía...
Si me inventé sueños junto a usted...
Perdone mi atrevimiento.
Pero... ¿Sabe algo?
Suele suceder...
Cuando llevamos tiempo sin amor, cualquier sonrisa nos acaricia el alma y susurros ajenos nos erizan la piel...
Perdone mi atrevimiento por creerle enamorado de todos mis desencantos, que son muchos, lo sé...
Por creerle derrotado ante un amor que nunca podría crecer.
Perdone mi osadía,
Perdone por escribirle a la Luna, a la vida, al amor, en su nombre, por compararle con ese ser.
Perdone por pretender que me amaría...
Por intentar dejarlo atrapado en esta vacía vida, no lo quise ofender.
Perdone por amarlo en silencio y no en público como usted quería, pero no sé amar de otro modo.
Y por último...
Perdone por confundir:
Atención con intención.
Existencia con vida.
Casualidad con posibilidad.
Y sobre todo, amistad con amor...
PERDONE USTED, SEÑOR.
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