A usted no le debo nada.
Ni el nombre de quien me da los buenos días, ni con quien comparto mi cama.
Usted ya no es
Ni es ceniza
Ni viento
Ni melancolía
A Usted no le debo ni una lágrima, ni un recuerdo,
ni una nostalgia.
A usted solo le doy las gracias por empujarme al abismo, porque fui capaz de sostenerme.
Por usted aprendí que no merezco menos.
Aprendí a AMARME y ARMARME de valor.
A usted lo único que le queda en mi, es verme sonreír, pero desde lejos.
-Glory Miranda
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