Si un día la tristeza toca a tu puerta, Ábrele con una sonrisa y dile: En mi casa no hay espacio.
En mi sala vive la alegría y la prosperidad, en el cuarto vive el amor.
En la cocina vive la armonía y la paz.
En medio de la casa esta el espíritu santo y adelante esta Dios cuidando de todo,
porque donde vive Dios, la tristeza no puede entrar.