Me utilizaron como mujer, me engañaron, me cambiaron, me vieron la cara, perdone cosas imperdonables y lloré hasta el último día.
Y acá estoy, con mil inseguridades encima, ataques de ansiedad, y más, pero al pie del cañón, levantándome todos los días con una mochila en la espalda que me pesa y me tira cada tanto pero en todas me levantó y me digo a mi misma PUEDO con esto y con todo lo que venga, porque me rompieron en mil pedazos pero de a poco me voy reconstruyendo.