"A medida que vas madurando te das cuenta que el corazón sí piensa, que siente todo más al pasar el tiempo...que el corazón tiene ojos y que selecciona lo que respira.
A medida que vas madurando entiendes que las pequeñas alegrías no tienen nada de pequeñas y son las que le van dando sentido a la vida, que cada esfuerzo merece un aplauso, que eso de vivir compitiendo solo desgasta y no lleva a nada, que todos llevamos nuestra propia melodía y bailamos a diferentes ritmos.
A medida que vas madurando confirmas que te vas convirtiendo en el fruto de tus propias decisiones y comienzas a pensar con serenidad antes de actuar. Y que actuar con amor es el camino correcto (...) confirmas que es mejor confiar en la sabiduría del tiempo y que todo llega en su justo momento.
A medida que vas madurando vas desaprendiendo a dar excusas, los malos hábitos, los prejuicios, la desidia, e ignoras lo que te mantuvo inerte y comienzas a reaprender, a experimentar, a tener más conciencia de lo que eres capaz y te permites comenzar a disfrutar de cada paso que das.
A medida que vas madurando eliges con sabiduría la vereda que quieres pisar, eliges a quienes dejas entrar, eliges reír y escuchar más que hablar (...)
A medida que vas madurando agradeces por todo, dejas de pedir necedades, en cambio, pides menos discordia y más serenidad, menos dolor y más salud, menos prisas y más tiempo.
A medida que vas madurando, se agudiza el sentido común, revienta el botón y brota la sabiduría, todo se vuelve más simple, valoras y decides ser feliz a pesar de todo".
Autora: Marcela J. Villalón