Porque estar vivo no es respirar, caminar y dormir. Estar vivo es tener parches en el alma y cicatrices en el corazón. Es desgarrarte, recomponerte, subir, bajar, ponerte del revés. Es tener ampollas en las ganas con tiritas de colores. Es gritar con las manos, cantar con los ojos, jugar con los sueños y volar con los pies. Es nadar en los sentimientos aunque sea a contracorriente, explotar de emoción, querer sin mesura y dejarte querer sin miedo. Es bailar en esta fiesta que es la vida como si nadie te estuviera mirando, como si fuera a terminar mañana.
Estar vivo es sentir.