Horas, minutos y segundos para terminar un año, o más bien para vivirlo y exprimirlo hasta la última milésima. Cerramos etapas, heridas, puertas, algunas que no llevan a nada y otras que no tienen salida y que nunca la tendrán.
Cuatro estaciones, doce meses que nos ofrecen lo habido y por haber. Abre ventanas a la esperanza, a la ilusión y a tus sueños y deja que te pillen de imprevisto y sin previo aviso nada más pisar el año nuevo, ese que viene ya.
No será una vida nueva no, porque tu vida en camino está, pero tendrás mil oportunidades para caer y volver a levantar. Para conocer cosas nuevas, probar otras, luchar y fracasar. Para ganar batallas y guerras, siendo tú en esencia, nadie más.
Cierra los ojos, desea aquello inimaginable de verdad, visualízalo en tu mente y trátalo de alcanzar, porque sólo es imposible aquello por lo que no se lucha jamás.
Cuatro estaciones, doce meses que nos ofrecen lo habido y por haber. Abre ventanas a la esperanza, a la ilusión y a tus sueños y deja que te pillen de imprevisto y sin previo aviso nada más pisar el año nuevo, ese que viene ya.
No será una vida nueva no, porque tu vida en camino está, pero tendrás mil oportunidades para caer y volver a levantar. Para conocer cosas nuevas, probar otras, luchar y fracasar. Para ganar batallas y guerras, siendo tú en esencia, nadie más.
Cierra los ojos, desea aquello inimaginable de verdad, visualízalo en tu mente y trátalo de alcanzar, porque sólo es imposible aquello por lo que no se lucha jamás.
Patri G.