Reír es gratis, y le hace bien al corazón, rejuvenece la piel, y es un buen analgésico para los dolores del alma. Libera endorfinas, despeja la mente, reduce la presión arterial. Te cambia el humor, y te hace ver la vida con más optimismo,
con más esperanza. Y cuando aprendes a reírte de ti, tu alegría no tendrá fin.