Hay amores que es imposible sacarlos de la cabeza y mucho menos del corazón!
En esos casos, se debe optar por esconderlos en el baúl de los recuerdos...
Esperar a que el tiempo pase y que poco a poco dejen de latir, de respirar y desangrar...
Pero a veces somos tan curiosos y necios, que cuando creemos que han muerto, nos da por abrir el baúl y revivir lo doloroso de aquellos recuerdos.