El capitán partió en un barco que creyó fuerte,
pero su valentía no fue suficiente,
no lo es cuando en medio del océano
una tormenta te acecha,
te despedaza, hunde, revienta.
Yo creí en el amor,
y el amor fue quien más me destruyó.
Yo creí en la lealtad de los amigos,
no sabía que serían los más poderosos enemigos.
Yo que creí en la resurrección de los sueños,
pero al tercer día seguían siendo cenizas al viento.
Creí y esperaba mucho de la vida,
ahora ya no espero nada.
Hasta ayer el libro de mi vida
contenía muchas páginas escritas
que, en mi ignorancia o inocencia, mal escribí,
sí, las mal escribí,
porque soñé con lo que no debía,
creí en lo que no podía
y di todo, todo, y no lo merecían.
La vida me pagó con injusticia,
con lágrimas que me quitaron la risa,
con dolor que mató mi corazón,
con destrucción, con mentiras y con adiós.
Y como no hay nadie que le pueda reclamar,
solamente nos queda decir:
la vida es así.
Hasta ayer el libro de mi vida
contenía muchas páginas escritas,
hoy las he quemado todas
y se han vuelto cenizas que el viento se llevará.
Hoy el libro de mi vida
tiene muchas páginas vacías,
allí comenzaré a escribir historias verdaderas,
muy lejos de las tontas quimeras
que destruyeron lo que yo era,
porque sí señores,
aún puedo escribir mi historia,
porque mientras siga viva
puedo hacer la diferencia,
y he decidido hacerla, pues:
Aún sigo viva…
A pesar de todas las palizas de la vida…
A pesar de las grandes traiciones que he recibido…
Por encima del abandono y el castigo…
Sí, aún sigo viva…