Que nada te distraiga de ti mismo, debes estar atento porque todavía no gozaste la más grande alegría ni sufriste el más grande dolor.
Vacía la copa cada noche para que Dios te la llene de agua nueva el nuevo día.
Vive de instante en instante porque eso es la vida.
No te sientas aparte y olvidado, todos somos la sal de la Tierra.
En la tranquilidad hay salud, como plenitud dentro de uno. Perdónate.