Adoro los te amo repentinos y los gestos imperceptibles que me hacen sentir importante.
Una mano que aparte mi pelo de los ojos.
Un brazo que me detiene al cruzar la calle, porque yo no he mirado.
Unos ojos que me miran en medio de la gente, en medio de los amigos.
Unos ojos que me eligen continuamente.