Si nadie te pide que rindas cuentas...no cuentes cuentos...
El enojo mayor es el que sentimos con nosotras mismas cuando elegimos engañarnos.
Cuando besamos al sapo y soñamos al príncipe.
Cuando cantamos libertad y no nos animamos a salir por la puerta abierta de la jaula.
Cuando decimos que no tenemos tiempo, y el que nos sobra lo perdemos en lo que no nos alegra ni nutre.
Cuando justificamos lo injustificable o hacemos la vista gorda ante lo imperdonable.
El enojo mayor es el que sentimos con nosotras mismas cuando sabemos que usamos a otro por lo que nos da y no por afecto.
O cuando nos conformamos con las miguitas secas de parodias de amor.
El enojo mayor es tan profundo, arrollador e intenso que solemos tirarlo sobre quien esté más cerca.
Porque nos cubre y ahoga de tal manera que tenemos que hacerlo salir por algún lado.
Y viceversa.
Cuando agredas a otro pregúntate por qué estás tan enojada contigo misma.
Y cuando alguien te ataque, recuerda que no es personal...es su enojo ganándole la partida.
Si a nadie tienes que rendirle cuentas...no te cuentes cuentos...
Sé tu mejor amiga y quiérete lo suficiente como para decir "Es lo que hoy puedo...no me juzgo, ni me hiero."
Bendiciones! Quiérete...siempre!