A veces la vida te cachetea solo para que vuelvas a organizar tus prioridades, para que te des cuenta que debes agradecer lo que tienes que es mucho más importante que lo que te falta.
En realidad en esos momentos en que la vida aprieta uno descubre con quienes de verdad cuenta, quienes son los verdaderos amigos y quienes solo lo aparenta.
La vida te deja en claro que es lo que sirve y que es lo que deberías desechar para siempre sin mirar atrás.
En esos momentos los afectos reales se fortalecen mientras que los que creía que nunca te abandonarían, que podrías contar con ellos...se esfuman.
La gente dice te quiero con mucha facilidad, lo dice como quien dice: Buenos días pero son pocos los que a la hora de la verdad lo demuestran. Hay quienes nunca creíste que estarían sin embargo te hacen llegar su cariño y hay quienes creíste que te prestarían el hombro para llorar sin embargo no hubo hombro ni abrazo.
En realidad no se trata de culpables, sino de que nadie puede dar lo que no tiene, la empatía no se compra, un buen corazón no se compra, la gente da lo que tiene y quien no tiene nada para ofrecer no puede dar más que la nada misma.
Alas en rebeldía.
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