Y de pronto la vida te detiene,
te "sienta" porque quiere hablar
contigo y no le has hecho caso.
Y te escucha, te cuenta...
te recuerda cosas que tal vez
habías olvidado. Y te abraza...
Y en ese abrazo te recuerda que
tan solo has venido a vivir.
No a luchar, no a salvar, no a
pagar ninguna deuda...
Solo a vivir y ser feliz.