¡Sé feliz!
Te convertirás en la mayor bendición de Dios,
en Su más alto orgullo.
¡Sé feliz!
El mundo de ayer quiere que disfrutes su aliento entregado.
El mundo de hoy quiere que disfrutes su aliento de entrega.
El mundo de mañana quiere que disfrutes su aliento colmador.
¡Sé feliz!
Sé feliz por la mañana con lo que tienes.
Sé feliz al atardecer con lo que eres.
¡Sé feliz!
No te quejes. ¿Quién se queja? El mendigo ciego en ti. Cuando te quejas, bailas en el lodazal de la condición de ignorancia. Cuando no te quejas, todas las condiciones del mundo están a tus pies y Dios te da un nuevo nombre: aspiración. La aspiración es la riqueza suprema en el mundo de la luz y el deleite.
¡Sé feliz! ¿Quieres nunca ser pobre?
Entonces sé feliz.
¿Quieres siempre ser grande?
Entonces sé feliz.
¡Sé feliz!
Conseguirás lo que más te gusta.
Serás lo mejor que quieras ser.
¡Sé feliz!
Cuando eres feliz, Dios y tú os dais ordenes mutuamente. Dios te ordena amorosamente. Tú ordenas a Dios presurosamente.
Cuando eres infeliz, las fuerzas hostiles te ordenan despiadadamente, la duda te ordena abiertamente, la esclavitud te ordena triunfantemente y el miedo te ordena incondicionalmente.
¡Sé feliz!
Dios ve en ti Su creación aspirante, Su realización transformadora, Su revelación iluminadora y Su manifestación colmado.
¡Sé feliz!
Dios ve en ti otro Dios.
Dios te ve como a otro Dios.
Dios te ve a ti y a Él como uno.