Dicen por Ahí.
Dicen por ahí que me volví loca.
Qué siempre estoy sonriente.
Qué me brillan los ojos.
Que converso con las flores ,
y bailo en mi jardín.
Dicen por ahí que creo en hadas y ángeles.
Que les abro las puertas y ventanas en las mañanas y les doy la bienvenida para que inunden mi hogar de luz, alegría y bendiciones.
Dicen por ahí que hablo de “raros asuntos” como trascendencia, estar en el presente, energía, inmortalidad, sanación, conciencia.
Dicen por ahí que me volví loca.
Que le enseño a la gente a percibir la luz que brota de sus cuerpos y que para colmo les muestro como se apaga cuando pensamos “feo”
Dicen por ahí que me volví loca.
Que no me rigen agendas ni horarios.
Que a las comidas en mi mesa también les hablo y les digo:
“Divino Sustento ¿Qué haces afuera? ¡Vamos pa´ dentro!”
Que todo me parece bien, perfecto, sincrónico.
Que a lo adverso le busco lo bueno y todos los días bendigo el bien .
Que le abro las puertas por igual a budistas, evangélicos, testigos de Jehová y nueva era.
Que doy gracias cuando llueve y cuando hace sol.
Que doy gracias cuando llega el transporte y cuando me toca ir un ratito a pié y otro andando.
Que lavo la ropa cantando y es igual cuando cocino, limpio y ordeno.
Que ¿Cómo es eso de que las flores me “chismean” lo que a la gente les pasa?
¡Pero me siento tan cuerda y tan dichosa!
¿Será contagiosa la locura?