Me veo al espejo y me rió mientras trato de encontrar a esa "mujer cuarentona, que debe esconderse en algún lado, me rió porque sé que nada tengo que ver con ella, al principio tenía muchas dudas y temores sobre lo que pasaría con el correr del tiempo, pero cuando miro atrás comprendo que todo aquello que viví, me hacen la mujer que ahora soy. Vivo a plenitud, disfruto de los momentos románticos que puedo.
Siento que éste es nuestro momento, seguimos siendo mujeres vitales, guapas y llenas de actividad pero con muchas más libertades y tiempo para nosotras. Tal vez con algunas arruguitas más, fruto de las vivencias que hemos pasado, pero son esas mismas las que nos han transformado en las mujeres que somos hoy.